La adherencia al ejercicio y el compromiso varían de un individuo a otro. A algunas personas les resulta fácil hacer del ejercicio un hábito regular, mientras que otras luchan por mantenerse consistentes y necesitan un cambio de comportamiento. Algunos luchan debido a las barreras en su vida a pesar de su amor por el ejercicio. Otros luchan porque no lo disfrutan. Una variedad de factores pueden afectar la adherencia al ejercicio, como la motivación, la autoeficacia, la confianza en uno mismo, el disfrute del ejercicio, cualquier barrera personal o laboral, etc. Esta discusión se centra en cómo nuestros pensamientos y sentimientos sobre el ejercicio pueden afectar si tenemos éxito en nuestras metas.
El modelo cognitivo
El modelo que me gusta usar para describir por qué ocurre esto es el modelo cognitivo. Este modelo establece que nuestros pensamientos impactan nuestras emociones y nuestra los sentimientos influyen en nuestro comportamiento. Por ejemplo, si pienso positivamente sobre el ejercicio, tendré una actitud positiva cuando piense en ir a hacer ejercicio. Esta emoción positiva ayudará a conducir al comportamiento de hacer ejercicio con más frecuencia. Por el contrario, si pienso o digo algo negativo sobre el ejercicio, podría experimentar emociones negativas. Estas emociones negativas sobre el ejercicio podrían limitar la frecuencia con la que hago ejercicio o me siento motivado para hacer ejercicio a largo plazo.
Evite la frase "debería"
Ampliando esto aún más, al hablar o pensar en el ejercicio, debemos tener cuidado de usar el lenguaje de "debería". La palabra "debería" implica una obligación o un deber. En otras palabras, alguien tiene que hacer algo.
En este ejemplo, alguien que se dice a sí mismo: "Debería hacer ejercicio", se está diciendo a sí mismo que "está obligado o tiene el deber de hacer ejercicio". Cuando usamos este lenguaje, disminuye la elección personal, el empoderamiento y el deseo de participar en el ejercicio, simplemente por las palabras utilizadas. Cuando sentimos que tenemos que hacer algo, no por elección, puede disminuir nuestra motivación para participar en ese comportamiento. Eso puede ser cierto para cualquier práctica, no solo para el ejercicio.
Que nos digan que tenemos que hacer algo, o que debemos hacer algo, no tiene el mismo poder que "yo quiero" o "yo deseo" para participar en ese comportamiento. Es importante señalar que "debería" es sinónimo de "debería", "debe", "tiene que" o incluso "requerido". Tenga en cuenta que incluso si la redacción exacta no es la misma a la que estoy hablando, otras palabras tienen el mismo impacto.
La palabra "debería" también se usa cuando un individuo está criticando las acciones de alguien. Por ejemplo, "debería haber hecho _____". La mayoría de las veces, cuando nos perdemos una sesión o clase de ejercicio planificada, nos decimos este tipo de declaración de deber porque no hicimos con éxito un comportamiento que queríamos. Vea los ejemplos a continuación:
- "Debería haber ido al gimnasio".
- "Debería haber hecho más ejercicio esta semana".
- "Debería haberme estirado".
En todas estas afirmaciones, hay un trasfondo de autocrítica en el lenguaje utilizado. Todos estos ejemplos muestran una crítica sobre el hecho de que el comportamiento no ocurrió. Si pensamos en el modelo cognitivo, este tipo de pensamiento tendrá un impacto en cómo nos sentimos y, en última instancia, en nuestro comportamiento. Si nos contamos alguna de las afirmaciones anteriores, es posible que nos sintamos mal con nosotros mismos por no hacer algo bueno por nosotros. Esta actitud podría disminuir nuestra autoestima, autoconfianza y motivación para el ejercicio. A largo plazo, esto podría reducir la motivación de una persona para hacer tanto ejercicio que es posible que no intente más, ya que constantemente no ha cumplido con sus expectativas.
Cómo replantear su comunicación
En una nota positiva, este elección de idioma está bajo nuestro control. Tenemos el poder de elegir reformular la forma en que nos comunicamos sobre el ejercicio con los demás y con nosotros mismos. En general, hay una energía diferente al decir las siguientes afirmaciones:
- "Quiero hacer ejercicio".
- "Deseo estar en forma".
- "Quiero despertarme por la mañana para hacer ejercicio".
- "Hago ejercicio con regularidad".
Estas frases son significativamente diferentes al uso de la palabra debería. Hay un contexto positivo detrás del uso de las frases "quiero" o "deseo". Por ejemplo, la palabra deseo significa "tener un fuerte sentimiento de querer algo o desear que algo suceda".
Le refuerza a la persona que usa esta frase que está logrando hacer algo que quiere, un comportamiento que la hará feliz. En lugar de verse obligados a ir al gimnasio, quieren ir por cómo les hace sentir. Ambas frases desencadenarán emociones positivas sobre el ejercicio y conducirán al comportamiento de entrenamiento o ejercicio con más frecuencia. A largo plazo, esta elección de idioma con el tiempo puede ayudar a desarrollar la adherencia al ejercicio y mantener la motivación del ejercicio.
Aunque este detalle es solo una pequeña parte de lo que puede afectar la adherencia general al ejercicio de una persona, el objetivo es generar cierta conciencia sobre cómo nuestro pensamiento puede descarrilar nuestras mejores intenciones. La próxima vez que establezca su objetivo de ejercicio o planifique los entrenamientos de la semana, piénselo dos veces antes de "debería" usted mismo. Utilice la frase "Yo quiero", "Yo deseo" o "Yo soy" para aumentar las emociones positivas sobre la participación y la planificación para hacer ejercicio. Todas estas frases ayudarán significativamente a mejorar el comportamiento del ejercicio y la adherencia al ejercicio a largo plazo.